Al hilo de las ensoñaciones...

miércoles, 31 de octubre de 2018

Destierro


Intimidad perdida, desterrada.
Un bosque talado al desamparo de la vertical luz del mediodía. Perdida entre mil luces artificiales, risas, humos, vaivenes de personas innominadas. Caos de caras ausentes y virtuales me desalojan de mí. Radicalmente. Me alejan del abrigo íntimo de mi silencio.
Vida expuesta. Cuerpos frágiles se anhelan desnudos en una tierra yerma de cercanía e hipertrofiada de proximidad. Qué paradoja, nunca nos había dejado tan solos el contacto. Nos buscamos tanto que apenas queda el espacio necesario para saber quiénes somos realmente. Nos herimos ciegos de soledad.
Poco a poco se nos olvida cuál era nuestro verdadero nombre. Dónde habitábamos hace no tanto tiempo. Cómo olía nuestro hogar.
Semillas diminutas a los pies buscan afanosamente el agua, la tierra. Una canción, un momento sin miedo, la recién descubierta sensación de frío, algo que preferimos callar.
Añoranza del bosque, el que daba asilo en mitad de la incertidumbre. Añoranza de su sonido uterino, la respiración cuando los oídos están sumergidos en agua. La soledad, la calma, el abrigo cálido del propio arrullo.
El bosque.


Fuente: Wikipedia
Autor: Basotxerri

4 comentarios:

  1. Hermosas palabras, sinceras, de las que pesan. Enhorabuena por ellas, más en este mundo palabrero de mesías y salvadores. Así también lo veo yo, y tantos que se pierden en el trajín y el bullicio de las palabras sordas, de ésas que no pueden llegar a ningún oído humano. Me quedo con tu sentencia: "Caos de caras ausentes y virtuales me desalojan de mí. Radicalmente. Me alejan del abrigo íntimo de mi silencio." Ni el maestro Byung-Chul Han lo hubiera dicho mejor, aunque sí algo muy similar: “El imperativo de transparencia elimina toda falta de visión y todo hueco informativo, y deja todo a merced de una visibilidad total. Hace que desaparezcan todos los espacios de retirada y de protección. Con ello nos acerca todo hasta una proximidad amenazadora. Nada nos sirve de pantalla protectora. Nosotros mismos no somos más que pasajes en medio de la interconexión global. La transparencia y la hipercomunicación nos despojan de toda intimidad protectora. Es más, renunciamos voluntariamente a ella y nos exponemos a redes digitales que nos penetran, nos dilucidan y nos perforan. La sobreexposición y la desprotección digitales generan un miedo latente que no se explica en función de la negatividad de lo distinto, sino del exceso de positividad.” (La expulsión de lo distinto)

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  2. Muchas gracias, David. Gracias por tus palabras, las de ahora y las anteriores a este texto, que hicieron posible que reflexionara sobre ello y pudiera escribirlo.
    Gracias por descubrirme a Byung-Chul Han y a Esquirol. Dos grandes hallazgos.
    Creo que tomar conciencia de esa sobreexposición es un camino de no retorno. Las palabras son importantes, como decías en tu última entrada en "Soplo de conocimiento". Las palabras nos pueden transformar.
    Un abrazo.

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  3. De nada. Es lo bonito de la filosofía, y de la ciencia, en general: dar generando. Sí, la palabra, cuando hay una sensibilidad detrás, es transformadora; y enseñar un encontrarse. Abrazos.

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    1. Desde Sócrates no se ha encontrado un método de mejor. El diálogo es una herramienta fabulosa para el pensar.
      De nuevo gracias :)

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