Al hilo de las ensoñaciones...

viernes, 3 de enero de 2020

Hogar


Algo abisal e infondo
un pequeño puñal de plata
Abisal y recóndito
innominado
Algo que se acopla en el esternón
y encapsula vacíos
Agujero negro
Respirar dolor a cada paso
A veces
respirar dolor
Buscar en la luz crepúsculos mesiánicos
Promesas diluidas de un hogar venidero.
Anochecen aves en la cuna de mis pestañas
de levantar el vuelo, se llevarían con ella la esperanza
Es tarde para creer en Dios.
Me pregunto si lo será para empezar
Empezar de nuevo
Tejer un hogar en el centro exacto del pecho.
Allí donde estén mis manos,
Donde sea que me lleven los pies.
Tejer un hogar.
Mi hogar.

3 comentarios:

  1. Hermosísima composición, muy jüngeriana, por cierto. El hogar no es algo dado sino construible y construido. A veces basta con sacar la energía de nuestro propio pecho. Me ha encantado.

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    1. Muchas gracias David. Me alegra que te haya gustado. La poesía nunca fue algo que se me diera, pero las palabras a veces salen a su antojo.
      Gracias por acercarte hasta aquí.
      Un abrazo.

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  2. Cierto. Las palabras, como las imprecisiones de la materia para el escultor, guardan su independencia respecto de la voluntad. También ellas tienen su hogar.

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