jueves, 14 de febrero de 2019

Capitana de las Bardenas


Foto: Rob Jones
Un corazón como una capitana de la Bardenas, rodando, a la deriva. Íntimamente tejida. Como de encaje. La paradoja le hace ser de una fragilidad extrema y soportar a un tiempo todos los vientos del mundo.
Un corazón, tejido informe y delirante de capilares y anhelos. Un corazón labrado, hilado de esperanzas perennes y caducas. Esperanzas a fin de cuentas.
Así nos trabamos en una amalgama innominada de raíces y raicillas, alimentando el nombre, desoyendo a la muerte y al desamparo. Palpitando con la mansedumbre de la lava incandescente, hambrientos de contacto, saturados de hiperrealidades. Algo profundo palpita en el nexo de cada rama, algo profundo respira rompiendo la gruesa capa de superficialidad, la máscara.
Íntimamente entrelazados, en un abigarrado caos de brazos, piernas y utopías; mecidos al son de un viento mayor. Así nos movemos, ignorantes del poder de nuestros lazos rizomorfos.

2 comentarios:

  1. Qué poder el del lenguaje, que es capaz de transmitir de ese modo tus reflexiones a partir de esa foto tan sugerente. Muchas gracias por compartirlo Verónica. Bs

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que tenemos una herramienta hermosa en las palabras. Muchas gracias :)

      Eliminar