Al hilo de las ensoñaciones...

domingo, 13 de mayo de 2018

Vegetación gipsófila

Hoy he visto tantas plantas diferentes paseando por la Sierra de Armantes, que he sentido la necesidad de investigar. Acostumbrada a la vegetación atlántica, me han chocado las plantas pequeñas y robustas de esta zona. Poco llamativas, de flores pequeñas y de colores muy discretos, se abren paso donde es casi un milagro brotar.

Como no sé nada de botánica, (pese a que nunca pierda el asombro por ella) he estado buscando publicaciones que pusieran algo de orden a la aplicación que llevo en el móvil sobre reconocimiento de plantas. He encontrado un texto donde explica que la vegetación adaptada al yeso se llama gipsófila y, pese a ser un texto técnico, me ha parecido hasta poético. El texto dice:




"La vegetación de los yesares constituye por tanto una manifestación extrema de austeridad y ajuste adaptativo a condiciones excepcionales en la geografía física europea (...) La herniaria (Herniaria fruticosa), brotando entre cristales especulares de yeso, constituye una pura metáfora de la humildad vegetal(...)" Continúa el autor diciendo. " El paisaje asociado al sustrato de yesos junto a sus exclusivas formas de vida –el mundo gipsófilo– representan un sustrato simbólico de la identidad de las tierras de Ayud en su vínculo con el Magreb y Oriente Medio"  (texto de Alfredo Morilla Piñeiro, "La vegetación en la comunidad de Calatayud")
Leo "vínculo con Magreb y Oriente", vivo en un barrio que se llama Morería, cerca de una iglesia (san Andrés) que al parecer pudo ser antigua mezquita. Hablar de identidad nacional a estas alturas de la película me parece hasta cómico. No obstante, las cuestiones identitarias y nacionales se escapan a mi capacidad de comprensión, lo da el nomadismo, supongo.

Lo que está claro es que quizá Montesquieu tuviera razón cuando hablaba de la relación entre el clima, medio y diversidad cultural en el "Espíritu de las leyes". No somos tan diferentes de las plantas: los horizontes o la ausencia de ellos, frío extremo,calor extremo y vientos implacables han de moldear el carácter necesariamente.
Cuando me vine a vivir a Aragón, un amigo me recitó estos versos de Labordeta:
"Polvo, niebla, viento y sol, 
donde hay agua una huerta. 
Al Norte los Pirineos: 
esta tierra es Aragón"



El viaje está resultando fascinante.