Al hilo de las ensoñaciones...

viernes, 29 de mayo de 2015

Ser mujer y no querer ser madre. Vade retro Satán

La conversación suele arrancar así:
-         Que, ¿Y vosotros tenéis hijos?
-          No
-         -Pues hay que animarse, ¡¿Eh?!
-          -Ya, jeje – risa nerviosa-
Y en ese punto de la conversación suelo hacer un barrido rápido a modo de Robocop, para evaluar la siguiente frase que voy a decir. Hay varias alternativas:
1.       Si me pilla de buen humor, con paciencia y la persona que tengo delante puede ser abierta de mente, le digo:
-          "Ya, verás… No quiero tener hijos"
2.        Si es una persona muy mayor o veo que razonar va a ser imposible tirando a violento:
-          "Ya, jeje, bueno, como ahora no trabajo / trabajo con contrato temporal/ trabajo fuera… pues no es el momento"
3.       Si me pilla de mala hostia o muy mala hostia o simplemente sincera, hay varias opciones:
a.       "¿Por qué hay que animarse?"
b.     " No quiero ser madre"
En cualquier caso, el diálogo en un 99% de las veces continua con un incómodo interrogatorio acerca de los motivos que te llevan a no querer ser madre, donde se suele insinuar que es falta de madurez, que es algún tipo de trauma de la infancia no superado, que eres una persona egoísta, algo inconsciente porque claro no vas a ser fértil toda la vida o que tienes algún tipo de bloqueo en el chakra del ombligo.
Ok google, y ahora que alguien, por Dios bendito, que alguien me diga ¿PORQUÉ COÑO NADIE LE HACE SEMEJANTE CUESTIONARIO A LA GENTE QUE QUIERE TENER HIJOS?. A fin de cuentas yo no voy a joderle la vida a nadie excepto la mía propia si fuera el caso.
Vamos, vamos, todos sabemos de casos en los que, ojalá esas personas no fueran padres y madres.
Bien, ahora hago un alto para aplaudir a todas esas personas que consciente y libremente, se embarcan en la maravillosa aventura de ser papás y mamás. Que han elegido su proyecto vital, y ese proyecto es criar niños, amarlos y educarlos. Esas parejas rebosantes de alegría que florecen ante la maternidad y la crianza, que sacan adelante niñas y niños sanos, alegres y futuros ciudadanos del mundo. Bravo por ellos, porque han elegido su camino y lo están recorriendo con amor y cabeza.
Ojo, que no es un proyecto excluyente y lo sé. Pero es un modo más de estar en el mundo.
Entiendo la maternidad como un modo de vida, compatible e incompatible con otros proyectos o no. De igual modo, me parece que un modo de vida es estar metido en política, vivir en la ciudad o en el campo, cambiar de país, dedicarse a la investigación o a la ganadería. Ser madre y padre es un camino más, no el único.
Como plan de vida que es, digo "NO", no lo quiero. De igual modo no quiero vivir en la ciudad, no quiero irme a Laponia, como no quiero muchas cosas para mi vida. Y no es un problema psicológico (que me lo he hecho mirar), no es un trauma, no es egoísmo, ni síndrome de Peter Pan. Es cabeza, es elegir la vida, concretamente nuestra propia vida y decidir sobre ella.
¿Por qué nadie me pregunta por qué no me voy a vivir a México?, soy tan perfectamente capaz como de tener hijos. ¿Por qué nadie me pregunta por qué no me saco la tesis doctoral?,  hasta donde yo sé también podría. ¿O por qué no me dedico al mundo de espectáculo?
Dos amigos a quienes tengo por hombres inteligentes (muy inteligentes), de mente abierta  y grandes personas, me dieron la clave para entender por qué nadie me preguntaba esas cosas y sin embargo me freían con el tema de la maternidad.
Uno de ellos no ha tenido hijos y ya pasa esa edad (social, no biológica) en la que los podría haber tenido. Me intentó convencer, que es lo que la gente suele hacer.
Para convencerme me dijo que una amiga en común, que acababa de tener una niña, estaba muy feliz, guapísima y radiante. Mentalmente pensé que tener sexo satisfactorio con asiduidad, también tiene esos efectos, pero me callé. Finalmente me dijo lo que muchas personas, “te vas a arrepentir”. Así que le dije, ¿Te arrepientes tú de no haberlos tenido?. La pregunta le dejó fuera de juego, porque claro, él era un hombre.  Se supone que en mi era diferente, yo me realizo como mujer siendo madre, ¿No?.
El otro fue mucho más agresivo. Me insinuó que, dado que no tenía trabajo y parece que estaba jodido que lo tuviera, me podía lanzar de lleno a ser madre. Cojonudo. Por hacer un símil diré que fue como un cabezazo en los dientes y dos patadas en la boca del estómago. Yo lo interpreté libremente como si me dijera que hiciera algo de provecho. Algo que cualquier parada necesita escuchar porque ni se le ha pasado por la cabeza.
Este era el núcleo. Ser mujer es en el fondo ser madre en la ideología predominante. Sigue siendo visto como la culminación de nuestro ser, como ese mágico momento en que finalmente desplegamos todos nuestros potenciales: amor infinito, paciencia, ciudado, mimos, etc. Entendidos como atributos esenciales de lo femenino.
Una parte sine qua non, llegaremos a ser verdaderamente mujeres.
De no ser así, debería ser aplicable (este imperativo de la reproducción) a los hombres. Pero… saquemos a nuestra machista interior ¿A que no lo vemos igual?
Me imagino que, además, las personas necesitamos validar o justificar nuestras decisiones. Es decir, la mayoría tienen hijos y muchos quizá no supieron hasta que era tarde, que era algo optativo. Así que sé que esta insistencia también puede responder a intentar justificar los actos que hemos hecho. 
Bien, para concluir diré que esas bellas capacidades de amor y de cuidados, no creo que sean ni exclusivamente femeninas y además se pueden y (deberían) dirigir (en primer lugar) hacia una misma. Las podemos compartir con hijos o con el mundo entero. Se me viene a la cabeza el caso de dos amigas que se han vuelto a meter en política con el ánimo de cambiar en mundo en la medida de sus posibilidades. Están radiantes, bellísimas y con una energía preciosa. Pienso en esas mujeres que buscan el camino para salir de situaciones jodidas, que toman las riendas y se convierten por primera vez en madres de sí mismas. En esas mujeres entregadas a su profesión, que crecen y le regalan al mundo su cabeza y sus manos.
El mundo es amplio, el ser humano asombroso y las formas de la maternidad casi infinitas.
Soy mujer, soy fértil y decido sobre mi vida.

PS. Realmente la conversación suele acabar diciendo, “ya verás, al mes que viene te quedas preñada” o “en dos años cambias de opinión”. A lo cual responde el maestro Yoda “El futuro en movimiento está, joven jedi”. En cualquier caso, nosotras parimos, nosotras decidimos.



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