La conversación suele arrancar así:
- Que, ¿Y vosotros tenéis hijos?
- No
- -Pues hay que animarse, ¡¿Eh?!
- -Ya, jeje – risa nerviosa-
Y en ese punto de la conversación suelo hacer un barrido
rápido a modo de Robocop, para evaluar la siguiente frase que voy a decir. Hay
varias alternativas:
1. Si me pilla de buen humor, con paciencia y la
persona que tengo delante puede ser abierta de mente, le digo:
- "Ya, verás… No quiero tener hijos"
2. Si es una persona muy mayor o veo que razonar va
a ser imposible tirando a violento:
- "Ya, jeje, bueno, como ahora no trabajo / trabajo
con contrato temporal/ trabajo fuera… pues no es el momento"
3. Si me pilla de mala hostia o muy mala hostia o
simplemente sincera, hay varias opciones:
a. "¿Por qué hay que animarse?"
b. " No quiero ser madre"
En cualquier caso, el diálogo en un 99% de las veces
continua con un incómodo interrogatorio acerca de los motivos que te llevan a
no querer ser madre, donde se suele insinuar que es falta de madurez, que es
algún tipo de trauma de la infancia no superado, que eres
una persona egoísta, algo inconsciente porque claro no vas a ser fértil toda la
vida o que tienes algún tipo de bloqueo en el chakra del ombligo.
Ok google, y ahora que alguien, por Dios bendito, que
alguien me diga ¿PORQUÉ COÑO NADIE LE HACE SEMEJANTE CUESTIONARIO A LA GENTE
QUE QUIERE TENER HIJOS?. A fin de cuentas yo no voy a joderle la vida a nadie
excepto la mía propia si fuera el caso.
Vamos, vamos, todos sabemos de casos en los que, ojalá esas personas no fueran padres y madres.
Vamos, vamos, todos sabemos de casos en los que, ojalá esas personas no fueran padres y madres.
Bien, ahora hago un alto para aplaudir a todas esas personas
que consciente y libremente, se embarcan en la maravillosa aventura de ser papás
y mamás. Que han elegido su proyecto vital, y ese proyecto es criar niños,
amarlos y educarlos. Esas parejas rebosantes de alegría que florecen ante la
maternidad y la crianza, que sacan adelante niñas y niños sanos, alegres y
futuros ciudadanos del mundo. Bravo por ellos, porque han elegido su camino y
lo están recorriendo con amor y cabeza.
Ojo, que no es un proyecto excluyente y lo sé. Pero es un modo más de estar en el mundo.
Ojo, que no es un proyecto excluyente y lo sé. Pero es un modo más de estar en el mundo.
Entiendo la maternidad como un modo de vida, compatible
e incompatible con otros proyectos o no. De igual modo, me parece que un modo
de vida es estar metido en política, vivir en la ciudad o en el campo, cambiar
de país, dedicarse a la investigación o a la ganadería. Ser madre y padre es un
camino más, no el único.
Como plan de vida que es, digo "NO", no lo quiero. De igual modo no
quiero vivir en la ciudad, no quiero irme a Laponia, como no quiero muchas
cosas para mi vida. Y no es un problema psicológico (que me lo he hecho mirar),
no es un trauma, no es egoísmo, ni síndrome de Peter Pan. Es cabeza, es elegir la vida, concretamente nuestra propia vida y decidir sobre ella.
¿Por qué nadie me pregunta por qué no me voy a vivir a
México?, soy tan perfectamente capaz como de tener hijos. ¿Por qué nadie me
pregunta por qué no me saco la tesis doctoral?, hasta donde yo sé también podría. ¿O por qué
no me dedico al mundo de espectáculo?
Dos amigos a quienes tengo por hombres inteligentes (muy
inteligentes), de mente abierta y
grandes personas, me dieron la clave para entender por qué nadie me preguntaba
esas cosas y sin embargo me freían con el tema de la maternidad.
Uno de ellos no ha tenido hijos y ya pasa esa edad (social, no biológica) en la que
los podría haber tenido. Me intentó convencer, que es lo que la gente suele
hacer.
Para convencerme me dijo que una amiga en común, que acababa de tener una niña, estaba muy feliz, guapísima y radiante. Mentalmente pensé que tener sexo satisfactorio con asiduidad, también tiene esos efectos, pero me callé. Finalmente me dijo lo que muchas personas, “te vas a arrepentir”. Así que le dije, ¿Te arrepientes tú de no haberlos tenido?. La pregunta le dejó fuera de juego, porque claro, él era un hombre. Se supone que en mi era diferente, yo me realizo como mujer siendo madre, ¿No?.
Para convencerme me dijo que una amiga en común, que acababa de tener una niña, estaba muy feliz, guapísima y radiante. Mentalmente pensé que tener sexo satisfactorio con asiduidad, también tiene esos efectos, pero me callé. Finalmente me dijo lo que muchas personas, “te vas a arrepentir”. Así que le dije, ¿Te arrepientes tú de no haberlos tenido?. La pregunta le dejó fuera de juego, porque claro, él era un hombre. Se supone que en mi era diferente, yo me realizo como mujer siendo madre, ¿No?.
El otro fue mucho más agresivo. Me insinuó que, dado que no
tenía trabajo y parece que estaba jodido que lo tuviera, me podía lanzar de
lleno a ser madre. Cojonudo. Por hacer
un símil diré que fue como un cabezazo en los dientes y dos patadas en la boca
del estómago. Yo lo interpreté libremente como si me dijera que hiciera algo de provecho. Algo que cualquier parada necesita escuchar porque ni se le ha pasado por la cabeza.
Este era el núcleo. Ser mujer es en
el fondo ser madre en la ideología predominante. Sigue siendo visto como la
culminación de nuestro ser, como ese mágico momento en que finalmente
desplegamos todos nuestros potenciales: amor infinito, paciencia, ciudado,
mimos, etc. Entendidos como atributos esenciales de lo femenino.
Una parte sine qua non, llegaremos a ser verdaderamente mujeres.
De no ser así, debería ser aplicable (este imperativo de la reproducción) a los hombres. Pero… saquemos a nuestra machista interior ¿A que no lo vemos igual?
Una parte sine qua non, llegaremos a ser verdaderamente mujeres.
De no ser así, debería ser aplicable (este imperativo de la reproducción) a los hombres. Pero… saquemos a nuestra machista interior ¿A que no lo vemos igual?
Me imagino que, además, las personas necesitamos validar o
justificar nuestras decisiones. Es decir, la mayoría tienen hijos y muchos quizá no
supieron hasta que era tarde, que era algo optativo. Así que sé que esta
insistencia también puede responder a intentar justificar los actos que hemos
hecho.
Bien, para concluir diré que esas bellas capacidades de amor y de cuidados, no creo que sean ni exclusivamente femeninas y además se pueden y (deberían) dirigir (en primer lugar) hacia una
misma. Las podemos compartir con hijos o con el mundo entero. Se me viene a
la cabeza el caso de dos amigas que se han vuelto a meter en política con el
ánimo de cambiar en mundo en la medida de sus posibilidades. Están radiantes,
bellísimas y con una energía preciosa. Pienso en esas mujeres que buscan el
camino para salir de situaciones jodidas, que toman las riendas y se convierten
por primera vez en madres de sí mismas. En esas mujeres entregadas a su
profesión, que crecen y le regalan al mundo su cabeza y sus manos.
El mundo es amplio, el ser humano asombroso y las formas de
la maternidad casi infinitas.
Soy mujer, soy fértil y decido sobre mi vida.
PS. Realmente la conversación suele acabar diciendo, “ya
verás, al mes que viene te quedas preñada” o “en dos años cambias de opinión”.
A lo cual responde el maestro Yoda “El futuro en movimiento está, joven jedi”. En cualquier
caso, nosotras parimos, nosotras decidimos.