Al hilo de las ensoñaciones...

martes, 31 de marzo de 2020

Carta desde la casa al otro lado


Querida mía,
Apenas puedo recordar un solo instante de mi vida que no estuviera bañado por tu luz. Te escribo ahora desde el otro lado para contarte que, aunque ya no estemos juntas, nunca dejaré de echarte de menos. Sin ti en este sitio las cosas tienen unos colores mucho más nítidos y las formas se recortan de una manera algo menos difusa. Tardaré en acostumbrarme a ver las siluetas tan evidentes.
Por otro lado y de momento, este hecho me está permitiendo acercarme a la realidad con toda la curiosidad de la que soy capaz. La cantidad de matices despiertan en mi alma de botánica un deseo intenso de conocerlo cada rincón, cada planta, cada tallo y cada pequeño liquen ; todo enciende la llama de la alegría por lo recién descubierto.
El viaje ha sido larguísimo. Tren, autobús y taxi hasta este sitio recóndito. No llegué cansada, tenía tanta emoción por saber cómo sería la casa y por empezar la investigación, que al llegar lo primero que hice fue recorrer los alrededores. La casa más cercana está a un kilómetro. Creo que tendré la tranquilidad que necesito para hacer la tesis.
Mi habitación es muy sencilla, paredes y suelo de madera, con una decoración austera, los visillos de encaje de Camariñas y un jarrón de cristal son los únicos adornos, esta mañana cogí unas calas para adornarla. Hay estanterías en gran parte de la estancia, están repletos de libros de botánica, zoología y biología, ahí he colocado mis cuadernos y las plumas.
El sitio es suficientemente amplio como para poder separar los ambientes, la mesa para comer, la mesa para clasificar las plantas y el rincón donde leer y escribir por la tarde (da el sol del poniente). La cama de un metro cinco también está en el mismo sitio, en un rincón discreto y tranquilo con una pequeña ventana que da a la montaña. Lo único separado es el baño y la cocina que está tras un medio tabique.
Lo que más me gusta es el hermoso ventanal que da al lago. Imagínate, casi una pared de cristal de lado a lado. La luz que filtra la casa es maravillosa. A mediodía el sol entra en la mesa de comer y la luna cuando está llena se ve desde el ventanal que da a la cama. Al no haber más casas cerca puedo ver las estrellas sobre el agua en los días de luna nueva, no hay contaminación lumínica. Oigo a los mochuelos por la noche. Estoy rodeada de vecinos.
Me he traído las botas que te dije que tiraría, me están resultando la herramienta básica para mis incursiones en el monte. Cómodas y fuertes, hice bien en hacerte caso y no tirarlas. Este sitio es uno de los lugares con mayor cantidad de especies por metro cuadrado. La tarea de clasificar todo va a ser muy larga. Espero que tanto las botas como la chaqueta de lana aguanten bien la intemperie.
Estoy tan contenta con esta nueva etapa que cada día es una nueva aventura.  Pero no temas, no te olvidaré nunca. Crecí contigo en la retina y de algún modo serás la pasajera que siempre me acompañe mi amada, queridísima Nostalgia.
Te escribiré pronto, tuya siempre,
S.

6 comentarios:

  1. La grandeza de los relatos estriba en mostrar lo que no se dice, lo que no se cuenta, y tú consigues con pocas palabras mostrar mucho. Muy bueno.

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    1. Muchas gracias. Lo cierto es que el personaje empezó a crecer según lo escribía.
      Gracias por acercarte a esta ventana.
      Un abrazo

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  2. Me ha gustado mucho la imagen implícita de la nostalgia desleyendo colores y difuminando formas.
    Gracias

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    1. Muchas gracias.
      La verdad es que me ha parecido siempre un estado que todo lo toca y lo transforma.
      Gracias por acercarte. Un abrazo.

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    2. ¿Has visto Nostalgia, de Tarkovski?
      Si no es así, te la recomiendo.

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    3. Pues no, de Tarkovski solo he visto Solaris y Stalker. Voy a ver si la encuentro. ¡¡Gracias por la recomendación!!

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